martes, 28 de febrero de 2012

HOY DIA


Hoy día
Varios hechos se esgrimen hoy día como elementos importantes que favorecen la actitud suicida: una salud psicológica quebrantada, la superioridad de lo material sobre lo espiritual, la ambición desmesurada del hombre por el poder, la frialdad del cientificismo tecnológico, el estrés de la vida, la vejez desprotegida e institucionalizada, la disolución familiar, la pérdida de vínculos, la falta de valores morales, la masificación, la soledad del hombre, la pérdida de roles y valores. 
Por otra parte y de enorme trascendencia en las culturas cristianas, el Catecismo de la Iglesia Católica, edición 1992, señala que "La iglesia ora por las personas que han intentado contra su vida", asumiendo así una actitud más pastoral que antaño y teniendo en cuenta la actitud mental y psicológica del suicida y las consecuencias sobre la familia.

lunes, 27 de febrero de 2012

¿QUE HAY DE LOS QUE QUEDAN?



¿Qué hay de los que quedan?

"Del suicidio no se habla", dice rotundo Juan Carlos Pérez. Y sabe de lo que habla. Su padre se quitó la vida, dejándole doblemente huérfano: por serlo y por no poder hablar de ello. Cuando su padre murió, el silencio llenó todos los rincones y, con ello, se agrandó el sentimiento de culpa e incomprensión. Por eso, decidió estudiar el tema, y plasmó su reflexión en 'La mirada del suicida. El enigma y el estigma'.
En él repasa, entre otros aspectos, la evolución de la consideración del suicidio a través de la historia: un pecado, un delito, una deshonra para la familia, algo romántico con una áura mística, hasta su consideración como asunto de salud pública. Sin embargo, dice, "esa áura permanece. Sigue siendo un tabú, algo maldito e innombrable".
El suicidio sigue siendo un tabú, algo maldito e innombrable, lo que convierte a las familias en víctimas dobles
Además de sociólogo, Juan Carlos Pérez es periodista. Recuerda queen las facultades de Comunicación se enseña que el suicidio no es noticia. "Es en cierto modo correcto, no es noticia cada caso individual, no se debe informar de métodos o detalles. Pero es también un error: sí se debe hablar del fenómeno social que supone el suicidio. En España muere más gente por suicidio que por accidentes de tráfico".
Por eso, continúa con su cruzada. Quiere que se hable del tema. Y que el 10 de septiembre, Día Mundial de la Prevención del Suicidio, no pase sin pena ni gloria en los medios. Este año, gracias a su empeño, el asunto se 'coló' en la prensa. El principio de un largo camino.

domingo, 26 de febrero de 2012

QUIENES SON


Quiénes son

Las mujeres lo intentan más. Los hombres son más efectivos. "Usan métodos más contundentes", explica el sociólogo Juan Carlos Pérez, autor de 'La mirada del suicida. El enigma y el estigma' (Plaza y Valdés). De hecho, los varones triplican a las féminas en número de suicidios.
Gtres
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La mitad de los suicidados lo consigue tras una o varias tentativas. "Ése es el primer factor de riesgo: el haber intentado suicidarse. Sobre todo en el primer y segundo año tras la primera tentativa", explica Tejedor. "El que habla de suicidio es el que lo comete", continúa la doctora. "Siempre que esto suceda, debemos preguntarle el porqué, no dejarle solo y ganar tiempo".
Los estudios detectan dos picos en las cifras: la adolescencia y la vejez. "Los ancianos son el principal grupo de riesgo, por varios factores, como la pérdida de poder adquisitivo que va aparejada a la jubilación", explica el doctor Calcedo. "Además", añade, "está la inversión de la pirámide poblacional: cada vez hay más ancianos, una esperanza de vida mayor, y por tanto más enfermedades crónicas, problemas familiares, la pérdida de la pareja...".
Para los adolescentes, por su parte, el fracaso escolar, un desengaño amoroso, el divorcio de los padres o conductas de imitación pueden convertirse en desencadenantes de la muerte voluntaria.

sábado, 25 de febrero de 2012

¿POR QUE SE SUICIDAN?




¿Por qué se suicidan?

Si algo se ceba con los suicidas es la enfermedad mental. O más bien viceversa. En el 90-95% de los casos existe algún tipo de trastorno psiquiátrico, la mayor parte de las veces, una depresión. De ahí la importancia de la atención y detección temprana.
"El 5% restante obedece a un factor existencial que hace que la persona en cuestión vea en el suicidio la única manera de poner fin a sus problemas", según el sociólogo y periodista Juan Carlos Pérez. Losantecedentes familiares, padecer una enfermedad crónica que cursa con dolor, conductas adictivas (como el alcoholismo), acontecimientos vitales que suponen pérdidas afectivas, el aislamiento y el hecho de haber tenido alguna vez pensamientos suicidas son otros factores de riesgo.
"Tal vez la pregunta que deba hacerse es: '¿Y usted, por qué no se suicida?' Cuando conteste, entenderá por qué el suicida sí lo hace"
Hay tantos casos como personas, si bien una característica común a todos es la soledad. Soledad a la que se suman situaciones traumáticas (una ruptura amorosa, la muerte de un familiar...). Y, según la psiquiatra Carmen Tejedor, experta en Suicidología, detrás de un suicidio "siempre está el dolor".
"Nadie que es feliz se suicida. Quien se suicida siempre es una persona con dolor físico o moral, que no ve salida y se le hace insoportable", explica Tejedor, que descarta además que el suicidio pueda ser una decisión racional: "Para ser libre hay que tener un equilibrio emocional, pero el que se suicida es que no tiene otra salida, luego no hay libertad. Si no hay libertad no hay culpa. Pero como pensamos que es un acto de libertad, esto da lugar a juicios paralelos y atribuimos la culpa a la familia. Y aumentamos el sufrimiento".
Y sugiere el siguiente ejercicio: "Tal vez la pregunta que deba hacerse es: '¿Y usted, por qué no se suicida?' Cuando conteste, entenderá por qué el suicida sí lo hace".
Carmen Tejedor es precisamente una de las responsables del primer programa de prevención del suicidio desarrollado en España. Unproyecto de atención integral que se llevó a cabo de forma experimental hasta 2008.

viernes, 24 de febrero de 2012

UN PROBLEMA DE SALUD PUBLICA


Un problema de salud pública

Por eso, la OMS, la ONU y la Unión Europea han lanzado la voz de alerta y señalado la muerte voluntaria como un problema de salud pública de primera magnitud. La OMS demanda que autoridades y gobiernos adopten medidas de prevención, dado que las cifras demuestran que las actuales son insuficientes. Ya en 2006, Kofi Annan, entonces secretario general de la ONU, reclamaba "prestar más atención a esta tragedia humana para prevenir muertes innecesarias".
La UE, por su parte, señala el suicidio como "área de especial interés". Según explica el doctor Fernando Cañas, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Rodríguez Lafora: "Al señalarlo como área de especial interés, se busca poder detectar personas en riesgo alto y técnicas de intervención eficaces". Por este motivo, "el Ministerio de Sanidad está desarrollando estrategias de prevención", afirma el doctor, experto en Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), el colectivo de enfermos mentales que más intentos de suicidio registra.

Gtres

jueves, 23 de febrero de 2012

INVESTIGACION: ASOCIACIÓN ENTRE PERFECCIONES Y DEPRESIÓN Y SUICIDIO


Investigación: asociación entre perfecciones y depresión y suicidio

Según la Asociación de Psicólogos Americanos, la misma cualidad que empuja a una persona al perfeccionismo, puede llevarla a la autodestrucción.

Sidney J. Blatt, de la Universidad de Yale, describe tres tipos de perfeccionismo:

  • Orientado hacia otros. Consiste en exigir metas exageradas y poco realistas a los demás.
  • Orientado hacia sí mismo. Exigirse a uno mismo metas exageradas y poco realistas, con autocrítica y autoanálisis intensos e incapacidad para aceptar los defectos o los fracasos.
  • Socialmente prescrito: creer que los demás nos exigen metas demasiado elevadas y poco realistas, junto al convencimiento de que debemos satisfacerles porque necesitamos su aprobación.

Los dos últimos tipos se han asociado con un mayor riesgo de depresión y suicidio. El perfeccionismo intenso limita la eficacia del tratamiento breve de la depresión, pero estas personas pueden responder bien ante un tratamiento psicológico a largo plazo

miércoles, 22 de febrero de 2012

COMO DECIRLE A LOS NIÑOS QUE SU MADRE O SU PADRE SE A SUICIDADO

Cómo decirle a los niños que su madre o padre se ha suicidado

"¿Y ahora qué le digo a los niños?". Esta es una pregunta muy común tras un suicidio. La respuesta es simple: diles la verdad. No saber lo que ha pasado no les hará ningún bien y si lo  llegan a saber a través de otra persona podrían perder la confianza en ti.

Cuando alguien que aman se suicida los niños pueden sentir los siguiente:

  • Piensan que la persona que se suicidó no los quería y se sienten abandonados.
  • Piensan que son culpables del suicidio, sobre todo si en algún momento de enfado desearon la muerte de esa persona.
  • Miedo a morir ellos también.
  • Tristeza, confusión, soledad.
  • Vergüenza de ver a otras personas o de volver a clase. Se sienten diferentes.
  • Rabia: hacia el suicida o hacia todo el mundo.
  • Negación: fingen que no ha pasado nada.
  • Entran en un estado en el que no pueden sentir nada.

Los niños necesitan saber, igual que tú. Responde a cualquier pregunta que te hagan. Generalmente lo primero que quieren saber es qué es el suicidio. Explícales que la gente muere de formas diferentes: unos por enfermedad, otros por accidente de coche y otros se matan a sí mismos. Cuando te pregunten por qué explícales que tenía una enfermedad llamada depresión que hacía que se sintiese muy mal y que pensara e hiciera cosas que no habría hecho si estuviese bien. Si te preguntan cómo lo hizo diles la verdad. Si no te lo preguntan no digas nada. Recuérdales que su padre o madre los quería mucho, pero que su depresión le impedía demostrarlo.

martes, 21 de febrero de 2012

CUANDO SUCEDE LO PEOR




Cuando sucede lo peor: perder a alguien a través del suicidio

  • Pueden aparecer una gran variedad de sentimientos, entre ellos culpa, resentimiento, confusión, remordimientos y preocupación por problemas no resueltos.
  • Muchos se sentirán culpables pensando que han fracasado a la hora de ayudarle o se reprocharán no haberse dado cuenta. Por desgracia, no siempre puede impedirse el suicidio. Todos somos limitados y no podemos controlar totalmente la conducta de otras personas.
  • Permítete sentir el dolor y llorar. Las lágrimas alivian el sufrimiento y ayudan a seguir adelante.
  • Es posible que no vuelvas a ser la misma persona. Hay cosas que nunca se superan por completo y tienes que aprender a vivir con eso.
  • Permítete sanar tus heridas. No necesitas probarle tu amor llorando su muerte para siempre. Ese amor puede permanecer toda tu vida a través del recuerdo de los momentos felices; aquellos que te hacen sonreír.
  • Probablemente te preguntarás por qué. Leer sobre la depresión y el suicidio puede ayudarte a comprenderlo si lo necesitas. Busca información.
  • Tal vez necesites ayuda psicológica y también puede venirte bien contactar con un grupo de personas que hayan pasado por tu misma situación.
  • Es posible que las personas que te rodean no sepan cómo actuar y prefieran no hablar del tema. Hazlo tú; habla con alguien y expresa tus sentimientos. No los encierres dentro de ti porque entonces pueden pesar demasiado.

lunes, 20 de febrero de 2012

SI ESTAS DEPRIMIDO Y PIENSAS EN EL SUICIDIO..




Si estás deprimido y piensas en el suicidio...

Ten en cuenta lo siguiente:

1. La mayoría de los suicidios ocurren durante los primeros tres episodios depresivos. Después, estas personas suelen darse cuenta de que los pensamientos suicidas son siempre transitorios. Cuando aprenden, por su propia experiencia, que cualquiera de estos episodios acaba pasando, la probabilidad de llegar a suicidarse disminuye.

2. Tú no tienes la culpa de sentirte así. Si pudieras animarte lo harías. Ten presente que lo que tienes es una depresión, y eso es algo que se puede tratar.

3. Evita las drogas y el alcohol. La mayoría de las muertes por suicidio son debidas a un impulso repentino. Las drogas y el alcohol contribuyen a que se produzcan dichos impulsos.

4. Incluso si ya has recibido tratamiento, recuerda que hay distintos tipos de terapia. A veces hacen falta varios intentos hasta encontrar el tratamiento adecuado para cada persona.

5. El hecho de que no puedas pensar en otra solución que no sea el suicidio no significa que no exista. Tu depresión está alterando tu capacidad para pensar. Amigos, familiares y terapeutas pueden ayudarte a encontrarla.

domingo, 19 de febrero de 2012

CUANDO ALGUIEN QUIERE SUICIDARSE

Cuando alguien te dice que quiere suicidarse

  • Averigua si existe un riesgo inmediato de suicidio: pregúntale si tiene intención de hacerlo o sólo lo ha pensado, si tiene un plan y cuándo lo llevaría a cabo (inmediatamente, en unos días, en unas semanas). La mayoría de las veces no hay un riesgo inminente de suicidio, pero si es así, no dudes en llamar a la policía.
  • No le dejes solo. Escucha atentamente lo que tenga que decirte sin juzgarle. No trates de minimizar sus problemas e intenta ponerte en su lugar y entender lo que siente. Lo importante no es si lo que te dice es realista, sino cuáles son sus sentimientos. Recuerda que para esta persona sus problemas son tan graves como para preferir la muerte antes que seguir soportándolos.
  • No hagas que se sienta culpable diciendo, por ejemplo, que hará un daño enorme a su familia.
  • No desestimes sus sentimientos. No le digas cosas como :"olvídate de eso".
  • Muéstrale cariño; permítele expresar sus sentimientos; deja que llore o se enfade.
  • Dile que lo que le sucede tiene tratamiento, que le vas a ayudar todo lo posible y que puede contar con tu apoyo.
  • Saca de su casa cualquier cosa que pudiera usar para hacerse daño, como pastillas.
  • Ayúdale a encontrar un psicólogo o psiquiatra. Dile que no pierde nada con intentarlo, que para suicidarse siempre hay tiempo. (A veces es más fácil conseguir que posponga el suicidio que lograr que abandone esas ideas).
  • Dile que los pensamientos y deseos de suicidio siempre son temporales.
  • Recuerda que una persona con deseos de suicidio debe ver a un especialista inmediatamente.

sábado, 18 de febrero de 2012

MITOS SOBRE EL SUICIDIO




Mitos sobre el suicidio

1. La gente que habla de suicidarse en realidad no lo hace. FALSO. La mayoría de la gente que comete suicidio o lo intenta ha avisado directa o indirectamente.

2. Cualquiera que intente matarse está loco. FALSO. El dolor emocional extremo no es necesariamente un signo de enfermedad mental.

3. Si una persona está decidida a matarse nada ni nadie puede impedirlo. FALSO. La mayoría de los suicidas no quieren morir; sólo quieren librarse del dolor emocional y pueden tener sentimientos mezclados de vida y muerte hasta el último momento.

4. Una mejora después de una crisis suicida significa que ya no existe riesgo de suicidio. FALSO. Aunque empiece a sentirse mejor, los pensamientos suicidas pueden persistir durante un tiempo o volver a aparecer en determinados momentos.

viernes, 17 de febrero de 2012

FACTORES DE RIESGO

Factores de riesgo

Hay algunas circunstancias que aumentan la probabilidad de que una persona se suicide. Entre ellas:

Historia familiar de suicidio.
Sexo masculino: los hombres se suicidan más que las mujeres en una proporción de tres o cuatro hombres por cada mujer.
Intentos anteriores de suicidio.
Depresión.
Abuso de sustancias.
Decline en el nivel socioeconómico.
Pérdidas significativas: muerte de un ser querido, pérdida de un empleo, pérdida de una relación importante.
Abuso: físico, emocional, sexual o social.

jueves, 16 de febrero de 2012

SI HEMOS DETECTADO ESTOS INDICIOS

Si hemos detectado estos indicios, ¿qué hacemos?

Lo primero es preguntárselo. No pienses que por preguntar a alguien si ha pensado en suicidarse le vas a "dar la idea" de hacerlo. Eso no es cierto. Ten en cuenta que son pensamientos y sentimientos que se viven en un gran aislamiento y de los que la mayoría de las personas no se atreven a hablar debido al tabú que existe a su alrededor. Te agradecerá que le des esa oportunidad y le permitas hablar libremente. Tener a alguien que le escuche puede ayudarle mucho.

miércoles, 15 de febrero de 2012

PISTAS QUE NOS INDICAN QUE UNA PERSONA PUEDE ESTAR PENSANDO EN SUICIDARSE




Pistas que nos indican que una persona puede estar pensando en suicidarse

Estos signos, que pueden ser conscientes o inconscientes, son muchas veces un grito de ayuda de una persona que no es capaz de expresar lo mal que se está sintiendo. La presencia de estos signos no indica necesariamente que quiere suicidarse, pero conviene estar atentos.

  • Decir cosas como: "todo el mundo estaría mejor sin mí"; "no importa; no estaré aquí mucho tiempo más"; "lo sentirás cuando esté muerto". Estas frases hay que tenerlas muy en cuenta y no considerarlas sólo palabras.
  • Preocupación por la muerte: hablar o escribir sobre ella.
  • Hacer testamento, arreglar papeles, regalar cosas.
  • Estar de repente contento y relajado tras haber estado muy deprimido durante un tiempo. A veces, cuando una persona ha tomado la decisión de suicidarse, puede sentirse mejor porque ya nada le preocupa.
  • Visitar a amigos y familiares (se trataría de una despedida).
  • Haber tenido muchos accidentes recientemente. Implicarse en conductas de riesgo, como exceso de velocidad.
  • Acumular fármacos.
  • Hablar sobre el suicidio, incluso bromeando.
  • Cuanto mayor es la depresión mayor es el riesgo de suicidio.

martes, 14 de febrero de 2012

COMO AFRONTAR OENSAMIENTOS SUICIDAS

La mayoría de los suicidios tienen lugar durante una crisis depresiva. El suicida siente un dolor emocional que se le hace insoportable, se siente desesperado, piensa que nada cambiará en el futuro, que no puede contar con nadie que le dé su apoyo y no ve más salida a su sufrimiento que la muerte. Sin embargo, estas personas no quieren dejar de vivir; lo que verdaderamente quieren es dejar de sufrir, pero su estado mental depresivo les impide pensar en otras soluciones, estando su pensamiento centrado en los aspectos negativos de su vida, sin ser capaces de tener en cuenta los positivos. Esta memoria selectiva es un síntoma de la depresión, no de quienes son ellos.

El suicidio no se elige; sucede cuando el dolor es mayor que los recursos para afrontarlo. A lo largo de nuestra vida aprendemos diversas formas de solucionar los problemas. Algunas personas tienen más recursos de afrontamiento que otras. Pero es algo que siempre se puede aprender durante una psicoterapia.

La clave: la depresión se puede tratar por medio de psicoterapia y medicación antidepresiva. Los problemas se pueden resolver aprendiendo las diversas formas de hacerlo.

lunes, 13 de febrero de 2012

LOS SINTOMAS DE A DEPRESION

Los síntomas de la depresión

  • Tristeza persistente. Puede romper a llorar sin saber por qué.
  • Desesperación, impotencia, sensación de falta de valía (puede hacer comentarios negativos acerca de sí mismo).
  • Pesimismo y/o culpa.
  • Fatiga o pérdida de interés en actividades ordinarias, incluido el sexo. Falta de entusiasmo.
  • Alteración en los patrones de sueño y alimentación.
  • Irritabilidad. Se enfada fácilmente por pequeñas cosas que antes no le molestaban.
  • Ansiedad y ataques de pánico.
  • Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
  • Pensamientos, planes o intentos de suicidio.
  • Síntomas físicos persistentes o dolor que no responde a ningún tratamiento.
  • Aislamiento. Incapacidad o falta de interés en comunicarse.

domingo, 12 de febrero de 2012

EL RIESGO SUICIDA EN LA NIÑES


El conocimiento de los factores de riesgo que predisponen la aparición de determinada condición mórbida es una estrategia válida para su prevención. Este principio es aplicable a la conducta suicida.
Ante todo hay que considerar que los factores de riesgo suicida son individuales, pues lo que para algunos es un elemento de riesgo, para otros puede no representar problema alguno. Además de individuales son generacionales, ya que los factores de riesgo en la niñez pueden no serlo en la adolescencia, la adultez o la vejez. Por otra parte son genéricos, ya que la mujer tendrá factores de riesgo privativos de su condición y así también lo será para el hombre. Por último, están condicionados culturalmente, pues los factores de riesgo suicida de determinadas culturas pueden no serlo para otras.
Pasemos a enunciar los factores de riesgo suicida en la niñez que contribuyen a que se desarrolle la conducta suicida en la adolescencia.
Como es conocido, se considera que por debajo de los 5 ó 6 años, los niños tienen un concepto muy rudimentario de lo que es la muerte o el morir, por lo que resulta prácticamente improbable que se participe activamente de la muerte. En esta etapa la muerte se representa, personifica u objetiviza como una persona con buenas o malas intenciones, o un lugar desagradable o apacible. También a estas edades es común que la muerte se asocie a la vejez y a las enfermedades. Por encima de esta edad, se comienza a considerar la muerte como un suceso inevitable y universal, llegando el niño o la niña a la conclusión de que todas las personas, incluyéndolo a él, tienen que morir.
Paralelamente con el concepto de muerte se desarrolla el de suicidio. Por lo general los niños han tenido alguna experiencia sobre el tema mediante la visualización de este tipo de acto en la televisión, sea a través de programaciones para los adultos o dirigidos a los niños y las niñas (muñequitos o comics). Otras veces, el concepto se va adquiriendo mediante diálogos con compañeros de su propia edad que han tenido familiares suicidas o por conversaciones que escuchan a los adultos. En sus concepciones sobre el suicidio, en el niño se entremezclan creencias racionales e irracionales, articuladas y lógicas y poco coherentes y comprensibles.
Hay niños y niñas que adquieren ambos conceptos, muerte y suicidio a una edad más temprana y otros más tardíamente, creyendo estos últimos que la muerte es una continuidad de la vida o que es un estado parecido al sueño del cual es posible ser despertado tal y como ocurre en el cuento “La Bella Durmiente”.
En la infancia, como es lógico suponer, los factores de riesgo suicida deben ser detectados principalmente en el medio familiar. Por lo general, el clima emocional familiar es caótico, pues no hay un adecuado funcionamiento de sus integrantes y no se respetan los roles ni las fronteras de sus respectivos miembros. Los padres, cuando conviven juntos se enrolan en constantes querellas, llegando a la violencia física entre ellos o dirigiéndolas a los integrantes más vulnerables, en este caso los más jóvenes, niños y niñas y los más viejos, ancianos y ancianas.
Es frecuente que los progenitores padezcan alguna enfermedad mental, entre las que se citan por su frecuencia, el alcoholismo paterno y la depresión materna. El alcoholismo paterno es sufrido por el resto de la familia, pues esta toxicomanía involucra a todos los integrantes, sea por los desórdenes conductuales, por la violencia, los actos suicidas, los problemas económicos o la incapacidad de cumplir con los roles asignados al alcohólico y que otros tienen que asumir.
La depresión materna, además del peligro suicida que conlleva se convierte en un estímulo para el pesimismo, la desesperanza, la sensación de soledad y la falta de motivación. A ello se añaden las situaciones de maltrato por no poder la madre, en estas condiciones, satisfacer las necesidades emocionales y de cuidados del niño o la niña.
Otro factor de riesgo suicida de importancia en la niñez es la presencia de conducta suicida en alguno de los progenitores. Aunque no está demostrado que el suicidio esté determinado genéticamente, es un hecho que el suicidio puede ser imitado, principalmente por las generaciones más jóvenes, lo cual ha dado origen al término “Efecto Werther”, por los suicidios ocurridos entre los jóvenes que habían leído la novela de Goethe Las penas del joven Werther, cuyo protagonista termina su vida por suicidio con arma de fuego. En ocasiones este proceso no es plenamente consciente y el suicidio se produce por un mecanismo de identificación, proceso mediante el cual se incorporan a la personalidad algunos rasgos de la personalidad o formas de ser del sujeto identificado.
Otras veces lo que se transmite es la predisposición genética, no para el suicidio, sino más bien para alguna de las enfermedades en las que este síntoma es frecuente. Entre estas enfermedades se encuentran las depresiones y las esquizofrenias en cualquiera de sus formas clínicas. Ambos trastornos están descritos como uno de los principales factores de riesgo suicida en la adolescencia.
Las relaciones entre los progenitores y sus hijos pueden convertirse en un factor de riesgo de suicidio cuando están matizadas por situaciones de maltrato infantil y de abuso sexual, físico o psicológico. La violencia contra los niños y las niñas en cualquiera de sus formas es uno de los factores que entorpecen el desarrollo espiritual de la personalidad, contribuyendo a la aparición de rasgos en ella que predisponen a la realización de actos suicidas, entre los que se destacan la propia violencia, la impulsividad, baja autoestima, las dificultades en las relaciones con personas significativas, la desconfianza, por sólo citar algunos.
Otras veces las relaciones están caracterizadas por la sobreprotección, la permisividad y la falta de autoridad, todo lo cual conspira contra el buen desarrollo de la personalidad de los niños y las niñas, quienes se tornan caprichosos, demandantes, poco tolerantes a las frustraciones, manipuladores y egocéntricos, pretendiendo que todos los seres humanos los traten de la misma manera indulgente que lo hacen los familiares, lo que provoca diversos problemas de adaptación desde la más temprana infancia, los que se recrudecen en la adolescencia, cuando la socialización ocupa un lugar preponderante en la conformación definitiva de la personalidad.

sábado, 11 de febrero de 2012

EL COMPORTAMIENTO SUICIDA

El comportamiento suicida abarca las siguientes manifestaciones:
  1. El deseo de morir. Representa la inconformidad e insatisfacción del sujeto con su modo de vivir en el momento presente y que puede manifestar en frases como: “la vida no merece la pena vivirla”, “lo que quisiera es morirme”, “para vivir de esta manera lo mejor es estar muerto” y otras expresiones similares.
  2. La representación suicida. Constituida por imágenes mentales del suicidio del propio individuo, que también puede expresarse manifestando que se ha imaginado ahorcado o que se ha pensado ahorcado.
  3. Las ideas suicidas. Consisten en pensamientos de terminar con la propia existencia y que pueden adoptar las siguientes formas de presentación:
    • Idea suicida sin un método específico, pues el sujeto tiene deseos de matarse pero al preguntarle cómo lo va a llevar a efecto, responde: “no sé cómo, pero lo voy a hacer”.
    • Idea suicida con un método inespecífico o indeterminado en la que el individuo expone sus deseos de matarse y al preguntarle cómo ha de hacerlo, usualmente responde: “De cualquier forma, ahorcándome, quemándome, pegándome un balazo.”
    • Idea suicida con un método específico no planificado, en la cual el sujeto desea suicidarse y ha elegido un método determinado para llevarlo a cabo, pero aún no ha ideado cuándo lo va a ejecutar, en qué preciso lugar, ni tampoco ha tenido en consideración las debidas precauciones que ha de tomar para no ser descubierto y cumplir con sus propósitos de autodestruirse.
    • El plan suicida o idea suicida planificada, en la que el individuo desea suicidarse, ha elegido un método habitualmente mortal, un lugar donde lo realizará, el momento oportuno para no ser descubierto, los motivos que sustentan dicha decisión que ha de realizar con el propósito de morir.
  4. La amenaza suicida. Consiste en la insinuación o afirmación verbal de las intenciones suicidas, expresada por lo general ante personas estrechamente vinculadas al sujeto y que harán lo posible por impedirlo. Debe considerarse como una petición de ayuda.
  5. El gesto suicida. Es el ademán de realizar un acto suicida. Mientras la amenaza es verbal, el gesto suicida incluye el acto, que por lo general no conlleva lesiones de relevancia para el sujeto, pero que hay que considerar muy seriamente.
  6. El intento suicida, también denominado parasuicidio, tentativa de suicidio, intento de autoeliminación o autolesión intencionada. Es aquel acto sin resultado de muerte en el cual un individuo deliberadamente, se hace daño a sí mismo.
  7. El suicidio frustrado. Es aquel acto suicida que, de no mediar situaciones fortuitas, no esperadas, casuales, hubiera terminado en la muerte.
  8. El suicidio accidental. El realizado con un método del cual se desconocía su verdadero efecto o con un método conocido, pero que no se pensó que el desenlace fuera la muerte, no deseada por el sujeto al llevar a cabo el acto. También se incluyen los casos en los que no se previeron las complicaciones posibles, como sucede en la población penal, que se autoagrede sin propósitos de morir, pero las complicaciones derivadas del acto le privan de la vida (inyección de petróleo en la pared abdominal, introducción de alambres hasta el estómago o por la uretra, etc.).
  9. Suicidio intencional. Es cualquier lesión autoinfligida deliberadamente realizada por el sujeto con el propósito de morir y cuyo resultado es la muerte. En la actualidad aún se debate si es necesario que el individuo desee morir o no, pues en este último caso estaríamos ante un suicidio accidental, en el que no existen deseos de morir, aunque el resultado haya sido la muerte.
  10. De todos los componentes del comportamiento suicida, los más frecuentes son las ideas suicidas, los intentos de suicidio y el suicidio consumado, sea accidental o intencional.
    Las ideas suicidas son muy frecuentes en la adolescencia sin que ello constituya un peligro inminente para la vida, si no se planifica o se asocia a otros factores, llamados de riesgo, en cuyo caso adquieren carácter mórbido y pueden desembocar en la realización de un acto suicida.
    El intento de suicidio es muy común entre los adolescentes con predisposición para esta conducta y se considera que por cada adolescente que comete suicidio, lo intentan cerca de trescientos.

viernes, 10 de febrero de 2012

GENERALIDADES

La adolescencia es definida como una etapa del ciclo vital entre la niñez y la adultez, que se inicia por los cambios puberales y se caracteriza por profundas transformaciones biológicas, psicológicas y sociales, muchas de ellas generadoras de crisis, conflictos y contradicciones, pero esencialmente positivos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la adolescencia es la etapa que transcurre entre los 10 y 19 años, considerándose dos fases: la adolescencia temprana de 10 a 14 años, y la adolescencia tardía de 15 a 19 años.
La adolescencia, con independencia de las influencias sociales, culturales y étnicas, se caracteriza por eventos universales entre los que se destacan:
  • El crecimiento corporal evidenciable en el aumento de peso, estatura y los cambios en las formas y dimensiones corporales.
  • El aumento de la masa muscular y de la fuerza muscular, más marcada en el varón, acompañado de un incremento de la capacidad de transportación de oxígeno, de los mecanismos amortiguadores de la sangre capaces de neutralizar de manera más eficiente los productos químicos derivados de la actividad muscular.
  • Incremento y maduración de los pulmones y el corazón, con un mayor rendimiento y recuperación más rápida frente al ejercicio físico.
  • Incremento de la velocidad de crecimiento, los cambios en las formas y dimensiones corporales, los procesos endocrino metabólicos y la correspondiente maduración, no siempre ocurren de forma armónica, por lo que es común que presenten torpeza motora e incoordinación, fatiga fácil, trastornos del sueño, los que pueden generar trastornos emocionales y conductuales transitorios.
  • Desarrollo y maduración sexual, con la aparición de las características sexuales secundarias y el inicio de la capacidad reproductiva
  • Los aspectos psicosociales están integrados en una serie de características y comportamientos que en mayor o menor grado estarán presentes durante esta etapa de la vida y que pueden resumirse de la siguiente manera:
    • Búsqueda de sí mismo y de su identidad.
    • Necesidad de independencia.
    • Tendencia grupal.
    • Evolución del pensamiento concreto al abstracto.
    • Manifestaciones y conductas sexuales con desarrollo de la identidad sexual.
    • Relaciones conflictivas con los padres que fluctúan entre la dependencia y la necesidad de separación de los mismos.
    • Actividad social reivindicativa, tornándose más analíticos, con pensamientos simbólicos, en los que formulan sus propias hipótesis y llegan a conclusiones propias.
    • Eligen una ocupación para la que necesitarán adiestramiento y capacitación para llevarla a la práctica.
    • Necesidad de asumir un nuevo rol social como partícipe de una cultura o subcultura específica.
    No se pretende enumerar todas las características que definen esta etapa de la vida. Con las hasta aquí abordadas, el lector tendrá aquellas que constituyen las esenciales de la adolescencia. Pasemos a continuación a abordar los aspectos más generales relacionados con el comportamiento suicida, para en los siguientes capítulos, introducirnos en las especificidades del adolescente suicida.

jueves, 9 de febrero de 2012

ALGUNOS DATOS

Algunos datos
El suicidio, según las estadísticas mundiales, alcanza anualmente más de un millón de personas, lo que representa un 1,8% del total de fallecimientos.
En los jóvenes y adolescentes, algunos de los factores de riesgo que influyen en la decisión de suicidarse son: abuso de la ingesta de alcohol, consumo de algún tipo de droga, violencia familiar, comportamientos antisociales, depresión, aislamiento, entre otros.
En México, los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), revelan que durante el año 2006 se registraron en México 4277 suicidios, de los cuales el 83.3% fueron realizados por hombres y 16.7% por mujeres.
Según Durkheim (1897) hay varios tipos de suicidios. Uno de estos se conoce como el suicidio por imitación. Este último se lleva a cabo porque el suicidio es un factor de impresión e impacto que tiene el suicidio a las personas en su alrededor, además dice que no solo impacta a aquellos cercanos a la víctima, sino que “un estornudo, un abucheo o un impulso homicida pueden pasarse de un individuo a otro sin que exista entre ellos más que una relación fortuita y pasajera”.

miércoles, 8 de febrero de 2012

SUICIDIO EN LA ADOLECENSIA

Suicidio en la adolescencia
Según Barón O (2000) “La adolescencia es un proceso intenso de cambios a todo nivel: corporal, psíquico, afectivo, familiar, social y que el suicidio, usualmente, se lleva a cabo en esta etapa como un comportamiento para contrarrestar la impotencia que se siente ante un problema existencialista. Además de estos se toman claramente en cuenta los importantes los antecedentes patológicos, particularmente los trastornos afectivos y el abuso de alcohol y drogas. En la misma el adolescente debe definir su identidad sexual y su personalidad”.
Los adolescentes con riesgo suicida poseen poca tolerancia a la frustración, actitudes hiperfeccionistas, son críticos, rígidos intelectualmente que no toleran el más mínimo fracaso, y a veces estan convencidos de su propia maldad y no se sienten queridos.
Aparece frecuentemente la falta de un lugar propio en el mundo, en el colegio (peligro si fue expulsado) o en su casa, o simplemente en el deseo de sus padres.

martes, 7 de febrero de 2012

CRISIS ECONOMICA Y SUICIDIO

Crisis económica y suicidio
Las crisis económicas no aumentan las muertes en general, sí aumentan las muertes por suicidio en todos los países y situaciones. El desempleo se asocia a suicidio. En España los suicidios están aumentando y son ya la tercera causa de muerte, tras la mortalidad cardiovascular y el cáncer. En el mundo, el suicidio es la segunda causa de muerte, tras los accidentes de tráfico, entre los 10 y 24 años. Se puede evitar el aumento de los suicidios, con el rechazo a las políticas que hacen caer el sistema de previsión social, la educación, la sanidad, la cultura y el medio ambiente.

lunes, 6 de febrero de 2012

VISION PSICOLÓGICA

Visión psicológica
Freud aporta la hipótesis psicológica de que el suicidio manifiesta una agresividad dirigida originalmente contra otra persona (el objeto de amor perdido) que al no poder ser descargada se dirige hacia el propio individuo, es decir, secundariamente, contra sí mismo.
En esta perspectiva psicodinámica podemos distinguir con H.Hendin:
  • El suicidio como una actitud de represalia o de revancha tras un abandono.
  • El suicidio como asesinato reflejo como expresión de la lucha interna contra el deseo de matar.
  • El suicidio en el que la muerte se convierte en una reunión con la persona amada muerto.
  • El suicidio en el que la muerte es un renacer que borra los fracasos.
  • El suicidio en el que la muerte es un castigo, mecanismo frecuente en el melancólico y el delirante.
  • El suicidio en el que el paciente se creía estar ya muerto, frecuente en la melancolía y en el Síndrome de Cotard.

domingo, 5 de febrero de 2012

VISIÓN SOCIOLÓGICA

Visión sociológica
El sociólogo francés Émile Durkheim en su obra El suicidio (1897), señala que los suicidios son fenómenos individuales que responden esencialmente a causas sociales. Las sociedades presentan ciertos síntomas patológicos, ante todo la integración o regulación social ya sea excesiva o insuficiente del individuo en la colectividad. Por tanto el suicidio sería un hecho social.
Durkheim comienza su estudio con una definición de suicidio como: «Todo caso de muerte que resulta directa o indirectamente de un acto positivo o negativo realizado por la víctima misma y que, según ella sabía, debía producir este resultado». Ejemplo de un acto positivo: dispararse en la cabeza; ejemplo de un acto negativo: rehusar a ingerir cualquier medicina hasta dejarse morir.La persona suicida vive con una percepción anódica de la vida. Pierde el sentido de la ley, normas sociales y se vuelven escépticos ante la vida y todo lo que ésta implica. Aunque cada persona suicida es distinta, tienen indicadores y pasan por un mismo proceso. Uno de los factores más importante de la persona suicida es la convicción del suicidio como método factible. Si estudiamos el comportamiento de las personas suicidas, no podemos asegurar que se pueda prevenir todo tipo de suicidios pero si podemos estudiar si se utilizaría la misma metodología, modalidad, tiempo y espacio. El como un problema social. Se han creado diversas teorías para explicar la raíz del problema y las particularidades del mismo. Han tomado en cuenta razones como el estatus económico, socio-profesional, la edad y el estado civil. Se asegura que en algunas ocasiones las personas están predispuestas al suicidio. Un principio de la modificación de conducta establece que de la misma manera que aprendemos desaprender. Una persona que proviene de una familia donde existen historial suicida tiene cierta predisposición a cometer actos suicidas. La profesión y la religión están relacionadas también indirectamente con el suicidio. La persona que trabaje bajo presión y no sepa manejarlo puede tener pensamientos suicidas y ejecutarlos.
Durkheim distingue tres clases de suicidios:
  1. Suicidio egoísta, típico de sociedades donde el individuo carece de integración social.
  2. Suicidio anómico (anomia es para Durkheim lo que para otros autores, a partir de Hegel, es alienación), característico de falta de regulación social (anomia), existe una falta de normatividad en tanto que las normas sociales no son interiorizadas como propias por parte del individuo.
  3. Suicidio altruista, característico de sociedades con alto grado de integración social, el individuo se suicida por su sensación de pertenencia a la sociedad. Se mata por ella, un claro ejemplo son los kamikazes. Esta relación es patológica porque la persona pierde el sentido de individualismo. Este tipo de suicidio consiste en ofrecer su vida por algún ideal. El individuo sacrifica su vida en honor a quien el cree que se beneficiara de ello.

sábado, 4 de febrero de 2012

EVOLUCION HISTORICA

Evolución histórica
Paracelso decía que quien se suicida de desesperación está inspirado por el diablo.
La actitud de los hombres ante la muerte no ha sido la misma a través de los tiempos; cuando un hombre de hoy habla de su muerte, piensa que si le fuera dado escogería una muerte súbita, sin dolor, como un leve sueño. El hombre del medioevo se sentiría aterrado de ello, porque como lo expresa el padre de Hamlet, en la famosa obra de Shakespeare, moriría «en la flor del pecado»; por eso el hombre de la Edad Media prefería un tiempo de arrepentimiento y de balance de sus deudas con Dios y con los hombres, incluso en las oraciones medievales se rezaba «líbranos Señor de la muerte repentina».
El suicidio comenzó a ser considerado pecado en el siglo IV con San Agustín, porque viola el sexto mandamiento, usurpa la función del Estado y de la Iglesia y evita el sufrimiento que ha sido ordenado por Dios.
En la Edad Media y hasta bien entrada nuestra Edad Moderna en Europa occidental las Iglesias cristianas sacralizaron la muerte, la domesticaron, integrándola en un sistema de ritos y creencias que la convertían en una etapa más del destino final de cada ser humano. La Iglesia Católica rechazaba al suicida y se le negaba la sepultura en el Campo Santo.
En la Edad Media en Europa degradaban el cadáver arrastrándolo por las calles cabeza abajo con una estaca atravesando el corazón y una piedra en la cabeza para inmovilizar el cuerpo y que el espíritu no regresara a dañar a los vivos: el alma del suicida era condenada al infierno por toda la eternidad.
En la Inglaterra anglicana de 1800 el cuerpo del suicida era castigado por la justicia públicamente siendo arrastrado por el suelo y estaqueado en el cruce de los caminos, sus bienes confiscados y la viuda desheredada y deshonrada. Solo se aceptaba el caso del soldado vencido que se suicidaba por honor. En el siglo XV, Castilla, Aragón, Florencia, Francia, Reino Unido, Milán, Venecia y Portugal sancionaban el suicidio, rematando incluso a los muertos suicidados. En Castilla y Aragón, la práctica se recoge en una constitución de 1497, cuando un pastor almeriense se suicidó porque le despidieron, y fue rematado en Córdoba en 1498.
En sociedades donde la sacralidad era la cosmovisión vigente, es lógico que el comportamiento suicida se rechazara, pues el hombre no tenía permitido modificar su destino, que estaba en las manos de Dios.
El suicidio ha estado ligado a la humanidad y sus costumbres: los mayas, según refiere la historia, veneraban a Ixtab, la diosa del suicidio, y en el Lejano Oriente los japoneses se hacían el seppuku para lavar la deshonra.
Fue a partir del siglo XIX cuando se perdió ese sentido de socialización, inserto en la ritualidad. La sociedad emergente rechazó aquel paradigma medieval. La muerte fue liberada y pasó al dominio privado, el cadáver era velado en la casa, sepultado en familia, y en ese sentido la muerte pasó a depender cada vez más de la voluntad del individuo. De este modo, la sociedad occidental se había desvinculado de la muerte y del suicidio en particular.

viernes, 3 de febrero de 2012

VALORACIONES MORALES

Valoraciones morales
La teología cristiana dice que para algunos el suicidio consiste en «darse la muerte directamente a sí mismo»; y aclara que aunque ambas opiniones son semejantes, encierran matices distintos. Mientras que para los primeros el suicidio directo es siempre intrínsecamente malo, para los segundos el suicidio directo es siempre pecaminoso, pero el suicidio indirecto no lo es. Precisamente, debemos entender que el suicidio directo es aquel en que el ser humano busca mediante un acto que de suyo es capaz de causarla; mientras en el indirecto, la persona se da muerte sin procurarla libremente.
Una clasificación posible de las tantas que se pueden hacer es la que divide los suicidios en:[cita requerida]
  • Los vicariantes: se adelantan o aceleran el acto de la muerte que se vislumbra en un futuro, con la justificación de que no hay esperanzas y sólo creen ver a su alrededor sufrimientos y nada puede compensar el período de espera.
  • Los perfeccionistas: no toleran cualquier disminución de los atributos a su persona, lo mismo en la belleza que en la potencia sexual, o un defecto cualquiera, menoscabo económico o social, o la pérdida del poder y prestigio.
  • Los hedonistas: no soportan nada que constituya un impedimento o una disminución del placer de predominio sensual.
  • Los transicionales: ante ciertas crisis vitales de transición inevitables, optan por el suicidio.
  • Los sintomáticos: dependen de una enfermedad mental, psicosis, confusión mental, demencia y depresión.
El suicidio es visto como un pecado por la iglesia católica ya que el "no matarás bíblico también le aplica a uno mismo".[8]
Desde Durckheim es un clásico decir que los suicidios son más raros entre los católicos y los judíos que entre los protestantes o los ateos pero hay que tener en cuenta que que puede ser que los católicos no declaren los suicidios justamente por razones religiosas.[9]
También para el judaísmo el suicidio es pecado y no se entierra el cadáver con los demás. Sin embargo, en la antigüedad no imponían sanciones al suicida porque reconocían al suicidio necesariamente como acto de locura.

jueves, 2 de febrero de 2012

PSIQUIATRÍA

Psiquiatría
El suicidio puede ser efecto de trastornos psiquiátricos, que comúnmente se acompañan de depresión o ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, el trastorno bipolar, la esquizofrenia y todos los trastornos de depresión. En estos casos es principalmente la enfermedad lo que provoca el suicidio y no el análisis lógico del individuo. Antes que la acción, el suicidio comienza en el pensamiento. Ya sea por problemas personales y/o emocionales, las personas suicidas deben ser evaluadas como individuo para entonces entender el suicidio a nivel social. Estos individuos poseen un sentido de indefensión y desesperanza ante las situaciones que los afectan. Las personas suicidas exhiben algunas características tales como depresión, impulsividad, baja tolerancia a la frustración y son personas sin espíritu de lucha. Suelen ser pacientes más agresivos, exigentes, dependientes e insatisfechos que los demás. Teniendo en cuenta el perfil de la persona suicida se podrían prevenir algunos suicidios con psicoterapia, farmacoterapia y hospitalización en casos extremos. Los indicadores y comportamientos varían dependiendo de la persona. Según la cuarta versión de El Manual diagnostico y estadístico de los trastornos mentales, los pensamientos recurrentes (no solo el temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse son síntomas de personas con depresión mayor.
El proyecto suicida nunca es improvisado, aunque la realización a veces sea impulsiva. El suicida lo venía pensando desde tiempo antes, y en la mayoría de los casos se lo había comunicado a alguien con anterioridad. La idea de que alguien que habla de suicidarse no lo hará es falsa, toda amenaza debe ser tomada seriamente.[2]
Para algunos psiquiatras y psicólogos no existe un único factor desencadenante de un suicidio, sino que éste es una acción multideterminada por diversos factores intervinientes que al conjugarse se potencian.[2]
En un estudio realizado en Buenos Aires, con suicidas que tenían un historial de internaciones psiquiátricas, aparecieron como factores destacados[2]
  • Aislamiento y soledad, con pérdida de apoyo y lazos sociales.
  • Presencia de conductas suicidas (fantasías, ideación, amenazas, intentos y/o equivalentes).
  • La heteroagresividad demostró ser una característica tan marcada como cualquier elemento depresivo (fantasías de homicidio, conductas agresivas y violentas hacia otros). Cuando la manifestación externa se ve bloqueada de alguna forma, estos impulsos destructivos se vuelven contra sí mismo.
  • Dificultades familiares serias (abandono, rechazo, etc.). Los familiares mostraron escasa empatía con el paciente, poca comprensión y conciencia de la situación de peligro y serias dificultades para contenerlo emocionalmente.
  • No evolución favorable de la enfermedad psiquiátrica (cronicidad).
  • Estados depresivos.
Todas éstas resultaron ser variables de altísimo potencial suicida pero en ningún caso la existencia de una sola fue suficiente para desencadenar un suicidio.
Existe mayor riesgo cuando los síntomas de ansiedad, insomnio, angustia, desesperanza o son acompañados por síntomas psicóticos e ideas delirantes paranaoides o melancólicas. En muchos casos el acto suicida se lleva a cabo luego de una engañosa mejoría de los síntomas ya que algunos se tranquilizan cuando ya tienen tomada la decisión.[2]
La idea de muerte puede surgir por muchos motivos diferentes:
  • Como expresión de pensamientos acerca de la inutilidad de la existencia y el vacío
  • Como escape a la tortura de los perseguidores internos en los cuadros paranoides
  • Como deseo vengativo hacia otra persona, de control hostil del otro, de castigo del otro o una búsqueda de impacto en los otros
  • Como el deseo de promover cambios en las actitudes o sentimientos de los demás, o buscar averiguar póstumamente si se es querido por los otros
  • Como fantasía de evasión, de escaparse del conflicto, un deseo de liberación, una fantasía de paz eterna
  • Como deseo de expiación por alguna culpa o pecado
  • Como deseo de recomenzar una vida nueva acompañado por la fantasía de renacer después de la muerte
  • Como deseo de rehabilitación del prestigio y el honor con fantasías de gloria
  • Como caída de la autoestima unida a una sensación de impotencia extrema después de una injuria narcisista
  • Como búsqueda de tranquilidad
  • Como deseo apasionado de reunión erótica con un objeto (persona amada) amado muerto
  • Como deseos de reconquista o de reivindicación
  • Como deseo de lograr el amor de un objeto (persona amada) vivo
  • Como deseo de aniquilación del Yo
  • Como deseo de conmover a otros o generarles culpabilidad o perjudicarlos de alguna manera y hacerlos sufrir

miércoles, 1 de febrero de 2012

EL SUICIDIO Y LA LEY

El suicidio y la ley

En España la relación de terceros respecto al suicidio es discutida. El caso de no evitarse un suicidio, pudiendo hacerse, podría ser considerado como una omisión del deber de socorro, lo que está tipificado como delito en diversas legislaciones. Este hecho es justificado en que un intento de suicidio podría ser debido, por ejemplo, a un estado de locura transitorio, a un estado depresivo muy grave u otras situaciones análogas. No obstante, si el acto de suicidio se toma con el supuesto ejercicio pleno de las facultades mentales nadie podría impedirlo hipotéticamente, ya que lo contrario podría tratarse de un delito de coacción, que castigaría al que «sin estar legítimamente autorizado, impidiere a otro con violencia hacer lo que la ley no prohíbe» (art. 172 del CP). Hay que hacer notar, a este respecto, que el suicidio «es un acto que la ley no prohíbe», como ha señalado el Tribunal Constitucional de España. Aunque el Tribunal Constitucional Español señala que no existe en el ordenamiento jurídico de este país el «derecho al suicidio», «ello no impide, sin embargo, reconocer que, siendo la vida un bien de la persona que se integra en el círculo de su libertad, pueda aquélla fácticamente disponer sobre su propia muerte, pero esa disposición constituye una manifestación del agere licere, en cuanto que la privación de la vida propia o la aceptación de la propia muerte es un acto que la ley no prohíbe» (Fundamento Jurídico 7.º). En todo caso, inducir a otra persona para que cometa suicidio, o cooperar con actos necesarios en un suicidio o en una eutanasia sí que son delitos, aunque castigados con penas distintas (artículo 143 del CP).
De igual manera, en legislaciones como la chilena, el auxilio al suicidio es punible según señala el art. 393 del Código Penal: «El que con conocimiento de causa prestare auxilio a otro para que se suicide, sufrirá la pena de presidio menor en sus grados medio a máximo, si se efectúa la muerte». Aquí la muerte opera como condición objetiva de punibilidad; es decir, sólo será culpable la conducta en la medida que se verifique el resultado de muerte; y siendo así, incurrirá el autor en la pena señalada (541 días a 5 años).
No está de más mencionar que además hay leyes que protegen a las aseguradoras de vida. Según Guillon y le Bonniec (1982) “el seguro de vida en caso carece de efecto, si el acta de defunción del asegurado demuestra que el asegurado ha muerto por suicidio, a pesar de que algunas aseguradoras ignoran dicha ley y hacen el pago a los beneficiarios de todas formas”.

martes, 31 de enero de 2012

INTRODUCCIÓN

Introducción

Para considerarse suicidio, la muerte debe ser un elemento carnal y el motivo del acto, y no solo una consecuencia casi ineludible. Así los mártires no son considerados suicidas, dado que se sacrifican en nombre de una creencia. Tampoco son suicidas los que se sacrifican por otros en caso de emergencias ni los soldados que mueren en una guerra y, en estos casos, los muertos no son proscritos por la ley. En el caso de que el suicidio tenga consecuencias legales, la ley recoge que debe haber prueba de intención de morir, así como la propia muerte para que el acto sea considerado un suicidio.


Puede que dicho proceso sea costoso en caso de minusvalía y tenga que depender de alguien más, que entraría entonces en una dinámica de cómplice de suicidio. Según Guillon y Le Bonniec (1982) “el cómplice es todo aquel que, sin llevar a cabo personalmente los elementos constitutivos de la infracción imputable del autor, solamente ha facilitado o provocado la acción principal por medio de actuaciones de una importancia material secundaria: ayuda, suministro de medios o instigación” figura del derecho penal donde sería posible una sanción penal.
La Psicología y la Psiquiatría se revelan como las principales ciencias de la salud para prevenir el suicidio.


lunes, 30 de enero de 2012

EL SUICIDIO

Suicidio

El suicidio es el acto por el que un individuo, deliberadamente, se provoca la muerte.
Se estima que las dos terceras partes de quienes se quitan la vida sufren depresión y que los parientes de los suicidas tienen un riesgo más elevado (hasta cinco veces más) de padecer tendencias al respecto. Los padecimientos psíquicos se encuentran presentes en 9 de cada 10 casos de suicidio; entre ellos, aparte de la depresión se encuentran también los trastornos de ansiedad y las dependencias.
Muchas religiones monoteístas lo consideran un pecado, y en algunas jurisdicciones se considera un delito. Por otra parte, algunas culturas, especialmente las orientales, lo ven como una forma honorable de escapar de algunas situaciones humillantes o dolorosas en extremo.

30/01/12